Requisitos para recibir la uncion de los enfermos

Requisitos para recibir la uncion de los enfermos

¿cuál es la gracia que recibe un enfermo después del sacramento de la unción de los enfermos?

El sufrimiento y la enfermedad han figurado siempre entre los mayores problemas que aquejan al espíritu humano. Aunque está estrechamente ligada a la condición humana, la enfermedad no puede considerarse, por regla general, como un castigo infligido a cada individuo por sus pecados personales (Juan 9,3). Parte del plan trazado por la providencia de Dios es que luchemos enérgicamente contra toda enfermedad y busquemos cuidadosamente las bendiciones de la buena salud.
El Señor mismo mostró gran preocupación por el bienestar corporal y espiritual de los enfermos y ordenó a sus seguidores que hicieran lo mismo. Esto se desprende de los Evangelios y, sobre todo, de la existencia del Sacramento de la Unción de los Enfermos, que él instituyó y que se da a conocer en la Carta de Santiago.
Los enfermos graves necesitan la ayuda especial de la gracia de Dios en este momento de angustia, para que no se les quiebre el espíritu y, bajo la presión de la tentación, quizá se debilite su fe. Por eso, mediante el sacramento de la Unción de los Enfermos, Cristo fortalece a los fieles afligidos por la enfermedad, proporcionándoles los medios más fuertes de apoyo. (PCS nn.1-5)

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El Sacramento de la Unción de los Enfermos tiene un doble carácter, expresado por Santiago en su carta del Nuevo Testamento: «¿Está alguno de vosotros enfermo? Que convoque a los presbíteros de la iglesia, que oren sobre él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor, y la oración de fe salvará al enfermo y el Señor lo resucitará. Si ha cometido algún pecado, le será perdonado» (St 5,14-15).
El sacramento está destinado a fortalecer, además de perdonar los pecados. Como implica el perdón de los pecados, su celebración está reservada a los sacerdotes y a los obispos. Por eso, el Código de Derecho Canónico dice que se celebra para las personas «que han alcanzado el uso de razón» (canon 1004.1). En general, se considera que la edad de la razón es de unos 7 años.
Los comentaristas y teólogos sugieren que el receptor del sacramento debe tener el uso de la razón para beneficiarse de los dos fines de este sacramento: comprender y beneficiarse espiritual y psicológicamente de su gracia fortalecedora, y recibir el perdón de los pecados.

Datos sobre la unción de los enfermos

Este sacramento es un verdadero sacramento instituido por Cristo y proclamado por Santiago. Se administra mediante la unción con aceite bendecido acompañada de la oración. Sólo un sacerdote puede administrarlo válidamente. Puede recibirlo cualquier bautizado que haya alcanzado la edad de la razón y que, a causa de la enfermedad o de la edad, esté en peligro de muerte. Su efecto es el fortalecimiento del alma, a menudo también del cuerpo, y en las condiciones necesarias la remisión de los pecados. Este rito es una forma en que la Iglesia continúa el ministerio de curación de Jesús. La curación que ofrece esta unción es el perdón de los pecados, la esperanza y la paz interior, a veces la curación física, y la seguridad del cuidado constante de Dios, incluso en la muerte.
En el pasado, este sacramento se reservaba estrictamente para los que estaban cerca de la muerte. En los últimos años, la Iglesia ha fomentado el uso de este sacramento para enfermedades que no son necesariamente mortales. Como todos los sacramentos, esta unción tiene un significado para toda la Iglesia. Nos recuerda nuestra llamada a la plenitud y nuestra llamada a ser un signo de salvación para el mundo. Dondequiera que haya ruptura, debemos ser instrumentos del toque sanador de Cristo.

Matrimonio

¿Está alguno de ustedes enfermo? Que llamen a los ancianos de la Iglesia y que oren sobre ellos, ungiéndolos con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe salvará a los enfermos, y el Señor los resucitará; y todo el que haya cometido pecados será perdonado. (Santiago 5:14-15)
¿Se produce siempre la curación? En el Sacramento, rezamos para que el enfermo se cure en cuerpo, alma y espíritu. El Sacramento ofrece el perdón y la curación. La curación, sin embargo, no se limita a la mera curación física. Sólo Dios sabe qué tipo de curación es la más necesaria para nosotros: que se alivien nuestras angustias, que se cure una herida, que nuestros miedos se conviertan en esperanza, que se abrace la soledad, que la confusión se convierta en comprensión.
No es sólo para los que están a punto de morir. Está destinado a cualquier persona que sufra una enfermedad grave: física, emocional, mental o espiritual. El Sacramento puede recibirse en cualquier momento de la enfermedad de una persona, especialmente antes de una intervención quirúrgica o de un tratamiento. Los sacramentos son para los vivos.

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